Avellano Europeo: Desde los fértiles suelos del Maule, al mundo entero de la mano de “Vivero Cuatro Vientos”
Como cualquier producto agrícola, la plantación y cosecha del avellano europeo está basada fundamentalmente en la elección del lugar exacto donde realizar el proyecto, la correcta inversión para brindar el mejor de los cuidados y la adecuada selección de la especie a cosechar. La amalgama de estas variables, finalmente dará con la mejor calidad y calibre de este fruto seco, hoy tan apetecido por la industria de la chocolatería internacional.
El avellano europeo está viviendo sus mejores días. Considerado como un frutal que ha sobrepasado la más optimista de las proyecciones, ha encontrado en Chile un terreno fértil para poder desarrollarse como un sólido y fecundo emprendimiento agrícola. Con más de 25.000 hectáreas plantadas hasta el momento, adentrarse en este nicho sin duda alguna es una excelente oportunidad para quién desee aceptar un bello y atractivo desafío. No obstante, según los entendidos, no es solo “llegar y llevar”. Hay que conocer el negocio. Es crucial empaparse de los pro y los contras y una vez inmersos en lo que significa convertirse en un inversionista de este delicioso fruto, solo en ese momento se puede hacer ostentación del rótulo de “productor”.
El ingeniero agrónomo y Gerente Comercial de “Vivero Cuatro Vientos”, Gustavo Herrera Rocuant, es tal vez una de las personas que más conoce sobre el “negocio” del avellano europeo en Chile. Afincado en la comuna de Yerbas Buenas, en la provincia de Linares, en el corazón del Maule, Vivero Cuatro Vientos es un moderno vivero de plantas destinado a producir y comercializar diferentes especies vegetales, entre ellas -su producto estrella- el avellano europeo, con el más selecto control de calidad. Con una variada selección de especies, altamente apetecidas en los mercados internacionales, este Vivero se ha convertido en una excelente plaza para poder cultivar y abastecerse de la mejor planta de avellano europeo del país.
El suelo maulino, terreno fértil para un buen negocio
Con una política de cultivo que considera un estricto manejo fitosanitario, el suelo donde se cultivan las plantas, es quizás uno de los mejores de la región maulina. Poseedor de una buena oxigenación y alto contenido de materia orgánica, está permanentemente hidratado con riego tecnificado en el 100% de la superficie del Vivero. El avellano europeo que aquí se cultiva, es la mejor carta de presentación de esta empresa, para quién desea iniciarse en este atractivo nicho agrícola.
Un precio atractivo, insuperables condiciones de comercialización, costos comparativamente bajos en comparación a otros frutales, facilidad de manejo y la adaptación a las condiciones climáticas del sur, son la gran promesa de “Vivero Cuatro Vientos” para que el “avellano europeo” sea hoy considerado uno de los productos más buscados dentro del nicho de los frutos secos.
“Si algún emprendedor quisiera incursionar en este nicho, sólo con seis u ocho personas como mano de obra estable, podría llegar a manejar unas 80 a 120 hectáreas de esta planta sin problemas, eso sí, buscando lograr mecanizar todas las etapas del cultivo, incluida la cosecha mecanizada; ya que si se hace de forma tradicional el recurso de mano de obra sería sin duda mayor”, señala Herrera.
“Otra ventaja del avellano europeo, es su alta adaptabilidad climática a cualquier tipo de suelos, lo que permite tener mayores posibilidades de compra de uno que pueda ser apto para la producción de esta planta. Y aquí en el Maule y en parte de la octava región, afortunadamente tenemos terrenos que son ideales para ello. Por eso es prácticamente imposible plantar y cosechar en Santiago o en otras regiones, ya que las condiciones climáticas de dichas zonas son adversas a lo que requiere esta planta, especialmente en lo que se refiere a las horas frío que requiere este frutal”, señala el ejecutivo de Cuatro Vientos.
Es muy importante señalar, que el cultivo del avellano europeo, solamente es superado por el nogal, con alrededor de 50 mil hectáreas plantadas. La diferencia está que hoy este particular fruto seco es un producto considerado de alta rentabilidad, que si bien enfrenta algunas barreras de entrada, día a día se catapulta como un verdadero boom en lo que plantación se refiere. La gran diferencia con el nogal y otros productos, es su capacidad de baja inversión inicial al momento de su producción.
Con alrededor de seis millones de pesos por hectárea, suma que considera la preparación del suelo (el ideal es que sea uno limpio), plantas, plantación, fertilizantes base y la implementación del riego tecnificado, todas variables que cubren el 50% del valor, las expectativas están hechas. Con esa cifra cualquier inversionista puede aventurarse con seguridad a emprender un nuevo y atractivo negocio centrado en la producción del avellano europeo, que recién al quinto año de trabajo, generaría costos que bordearían los tres mil dólares por hectáreas al año.
Considerado como un fruto de los llamados “mecanizables”, es decir un producto que, entendiendo que la disponibilidad de mano de obra para la agricultura se vuelve cada vez más compleja y cara al manejarse con maquinaria, éste puede presentar un atractivo especial. De la misma forma, otro elemento diferenciador con otros frutales es el buen nivel de precios final que llega a alcanzar, donde un productor que ha hecho bien las cosas, perfectamente puede producir por sobre los 4 mil kilos por hectárea en promedio con precios de venta de US$ 3 por kilo de avellana en cáscara.
Es crucial para entender este buen horizonte de precios finales, lo que significa plantar “contra estación” el avellano europeo en Chile. Con las grandes producciones mundiales como las de Turquía con 600 mil toneladas (produce el 70% del mercado total) e Italia con 100 mil (el 14%), los suelos chilenos y especialmente los de la zona centro sur del país, se convierten entonces en una excelente opción cuando -por razones estivales- este producto no se da por cierre de temporada en dichos países. Sumado a lo anterior la calidad organoléptica de la fruta nacional es superior a los países del hemisferio norte.
Dentro del manual de producción que debiera manejar todo productor de avellano europeo, existen ciertas recomendaciones imperdibles, como son saber escoger el suelo correcto. Para ello, la asesoría de un ingeniero agrónomo especialista en suelos es fundamental. El sabrá analizar si el piso que se pensaba como futuro hogar para una producción de esta naturaleza, es viable o no. Ellos son capaces de entregar información fidedigna con mapeo de suelos, que hace prácticamente imposible poder equivocarse en la elección de la futura plantación. Por ello, el mejor consejo que da Vivero Cuatro Vientos, es saber asesorarse mejor.
“Sé de casos de inversionistas que obviaron esta variable y teniendo decenas de hectáreas el negocio fue un fracaso, porque se les inundó todo el suelo, simplemente por no haber contado con una asesoría al respecto”, señala Gustavo Herrera.
El gran comprador y su poderosa billetera
El mercado del avellano europeo en Chile, se mueve en torno a la comercialización del producto a un gran megacliente: la transnacional Agrichile, empresa filial de Ferrero, sin cuya presencia en suelo chileno no habría catapultado a este producto al sitial que hoy se ha ganado con creces en el mundo entero. Estamos hablando de un poder comprador que ofrece un precio premium por un producto adhoc a sus exigencias, entregando aproximadamente un 16% más en comparación con el precio internacional por la variedad Tonda di Giffon, el producto estrella de Vivero Cuatro Vientos.
Las exigencias propias del mercado -con pandemia incluida- hacen que las proyecciones para esta fruta sean cada vez más optimistas a nivel internacional. Para llegar al punto de inflexión de que Chile pueda mirar a los ojos a sus competidores del viejo continente, solo basta lograr sumar más hectáreas a estos cultivos, acercándose a lo que hoy sucede con el nogal en nuestro país. Sobre la base de las tendencias históricas, la planificación de Ferrero estima que hacia el 2030 debiera haber 60.000 hectáreas plantadas en Chile (un aumento de 3.000 hectáreas anuales) con una producción del orden de 88.000 toneladas, con cáscara.
El futuro está a la vuelta de la esquina. Convertirse en un productor de este fruto seco puede marcar la diferencia del éxito o fracaso para cualquier inversionista. Con más de 25 mil hectáreas a nivel nacional a su haber, el avellano europeo lo tiene todo para seguir creciendo como sector productivo en Chile. El tiempo dirá si se llega a lograr la meta que anhela para el 2030 Ferrero, el gran cliente al cual todos miran dulcemente.
Es un aporte más de “Viveros Cuatro Vientos”.